miércoles, mayo 6

Afrika Korps


Afrika Korps
Gordon Willianson 
Carros de Combate Nº 67
RBA | 2000 | PDF | 16,7 MB

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La campaña en el norte de África, de septiembre de 1940 a mayo de 1943, no fue menos costosa en términos de vidas humanas y bienes materiales que muchas otras, pero este pesar va acompañado de recuerdos positivos en las mentes de muchos veteranos. Esto no pretende sugerir que los muertos hayan sido olvidados, pero existe un lazo casi místico, incluso entre antiguos enemigos, veteranos de la campaña del desierto. Sus recuerdos parecen tener una cualidad especial que no se encuentra entre hombres que lucharon en otros frentes, y el odio persistente se manifiesta muy raras veces. Esto puede explicarse de alguna manera por una serie de factores.
En primer lugar, el desierto era un campo de batalla intensamente hostil, donde el abrasador y árido terreno del día se convertía en un mundo igualmente desagradable y gélido por la noche; en segundo lugar, en virtud de lo poco hospitalario del terreno, la población es escasa; las bajas civiles fueron pocas, y los combatientes generalmente no se planteaban los dilemas morales inherentes al desarrollo de una guerra en regiones densamente habitadas. Por último, estaba el hecho de que, casi sin excepción, la guerra en el desierto se libró «limpiamente», existiendo incontables relatos de actos humanitarios en ambos bandos. La campaña del desierto fue casi única por estar relativamente desprovista de atrocidades. Unos y otros estaban mandados por oficiales de la máxima cualidad, hombres que tenían el mayor respeto por la capacidad de su adversario, lo mismo que sucedía con los soldados individuales de cada ejército.

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